Madrid, La Capital



El Madrid de los Austrias es el símbolo de la ciudad desde que Felipe II decidió trasladar la capital al antiguo Mayrit en 1561.

Esta decisión se tomó después de descartar otras opciones como Barcelona o Sevilla, e incluso Lisboa, ya que Portugal se había adherido recientemente a la corona española con el matrimonio de Felipe con María de Portugal. Madrid cumplía con algunas características que otras no poseían, como el hecho de haber sido una antigua plaza  comunera, y por ello un gran terreno requisado a los comuneros pertenecía a la corona, se trataba de lo que ahora es la Casa de Campo, lugar que se utilizó como coto de caza. También hay que destacar el hecho de que se encontrara cerca del Escorial y el Palacio de Aranjuez, y al no contar con catedral, y por lo tanto con obispo, el rey no se tendría que enfrentar a poder eclesiástico. Sus principales inconvenientes eran que no tenía salida al mar y que se encontraba alejada de los centros económicos más importantes del reino. Sevilla, sin duda, era la candidata perfecta ya que tenía salida al mar a través del Río Guadalquivir y era una capital económica importante, pero fue finalmente, el apego que Felipe II tenía a Castilla, lo que le hizo inclinarse por Madrid. Además, Carlos I le había otorgado a la urbe el escudo, del “Oso y el Madroño” que actualmente tenemos. También hay que destacar la posición de la ciudad, que se encontraba en el centro de la península rodeada de bosques, animales de caza y buen clima, además de un importante abastecimiento de aguas subterráneas.



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