EL EDIFICIO CARRIÓN
La Gran Vía, la principal arteria de Madrid durante los comienzos del siglo
XX, cantada en sainetes y zarzuelas, punto de reunión, lugar de paseo, centro
comercial, escaparate de las clases pudientes y símbolo de la renovación
arquitectónica del Madrid decimonónico, se ha convertido en una calle
constantemente congestionada tanto por los automóviles como por los ríos de
personas que a ciertas horas del día recorren sus aceras repletas de tiendas,
cines, discotecas, bares, restaurantes, quioscos o librerías.
La historia de la Gran Vía comienza en abril de 1910, cuando Alfonso XIII,
empuñando una piqueta de oro, dio comienzo a las obras de demolición de un buen
número de casas y calles para abrir esta moderna arteria proyectada al estilo
de París, ciudad que a principios del siglo XX marcaba la dinámica urbanística
del resto de capitales europeas. Un siglo después, el vial conserva todo su
esplendor e historia.
El
edificio Carrión, también conocido como edificio Capitol, fue proyectado a
principios de los años 30’ del siglo pasado por los arquitectos Luis Martínez
Feduchi y Vicente Eced, para engalanar, si se podía aún más, esta calle tan
famosa y probablemente, la más hermosa, de la capital española. Se sitúa en la
plaza de Callao, y se trata de un enorme edificio de 14 plantas y 54 metros de
alto, fue construido con hormigón y granito, inspirando en los edificios de la
Gran Manzana neoyorquina, mostrando un estilo Art-Decó muy característico. En
su momento, fue todo un hito en lo que tecnología arquitectónica se refiere, ya
que se utilizaron vigas de hormigón, tela ignifuga y un sistema de
refrigeración centralizado que proporcionaba aire acondicionado a todo el
edificio. A esta modernidad, le acompañaba la parte superior del edificio,
realizada de tal manera que pudieran colocarse carteles luminosos sobre ella,
como estaba de moda en esa época. Todo esto le otorgó la medalla de
segunda clase en la Exposición Nacional de Bellas Artes en 1934.
El anuncio luminoso de neón de la marca Schweppes situado en las
plantas superiores es uno de los símbolos de la Gran Vía y de la ciudad, es el
letrero más popular de nuestra ciudad.
En la parte baja están los cines Capitol. El rótulo de
la tónica recibió aún más atención cuando Santiago Segura se quedó colgando de
él en una de las escenas más recordadas de “El Día de la Bestia” de
Álex de la Iglesia, hasta el punto de que es uno de los iconos más reconocibles
del skyline madrileño. Tanto es así que en 2004 le
dieron una manita de chapa y pintura para eliminar la suciedad que había
acumulado y, de paso, cambiarle las letras de la marca a minúscula
(en “El día de la bestia” estaban en mayúsculas).
También existen muchas películas donde el edificio salía con toda la
parafernalia de carteles que tenía antes.
Este fue el primer edificio con aire acondicionado total de Madrid: “se consigue mantener el ambiente en el llamado clima artificial de primavera” decía la memoria del proyecto. La sala de máquinas ocupaba tanto como el cine. Necesitaba tanta energía que tenía si propia subestación eléctrica. Desde 2007 el edificio alberga al Hotel Vincci Capitol, que cuenta con una suite tras el letrero de Schweppes.
Este fue el primer edificio con aire acondicionado total de Madrid: “se consigue mantener el ambiente en el llamado clima artificial de primavera” decía la memoria del proyecto. La sala de máquinas ocupaba tanto como el cine. Necesitaba tanta energía que tenía si propia subestación eléctrica. Desde 2007 el edificio alberga al Hotel Vincci Capitol, que cuenta con una suite tras el letrero de Schweppes.
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