Hotel Ritz Madrid
Hotel Ritz Madrid
Una visión al pasado y presente
El
Hotel Ritz ha compartido sus luces y sus sombras, sus momentos de esplendor y
su brillante evolución.
Desde
su apertura y hasta la actualidad, el Ritz de la capital española ha sido
sinónimo de lujo, comodidad y servicio exquisito.
A
principios del siglo XX, el Rey Alfonso XIII volvía de sus viajes por Europa
con la mente llena de recuerdos de los Palacios Reales de las grandiosas
ciudades que había visitado. Esto habían encandilado al joven monarca, por lo
que colmado de nuevas ideas y planes de mejora vuelve a su capital,
Madrid.
Madrid
era una ciudad de intensa vitalidad, con edificios soberbios, amplias plazas y
jardines; sin embargo, de un modo u otro, le faltaba algo. El Rey fue el
primero en ser consciente de cuánto ganaría la ciudad si contara con un gran
hotel de lujo; un hotel de la misma categoría del Ritz de París, o el Carlton
de Londres.
Por lo que no perdió el tiempo en poner estas ideas en práctica. Madrid debía ofrecer a sus visitantes algo realmente extraordinario: un hotel que pudiera satisfacer el gusto más refinado de un nuevo tipo “turista" que sólo por aquel entonces empezaba a conocerse así.
Por lo que no perdió el tiempo en poner estas ideas en práctica. Madrid debía ofrecer a sus visitantes algo realmente extraordinario: un hotel que pudiera satisfacer el gusto más refinado de un nuevo tipo “turista" que sólo por aquel entonces empezaba a conocerse así.
La
edificación del Ritz había comenzado con el respaldo de la Compañía de
Desarrollo Ritz, que elaboró todos los planos necesarios. Los arquitectos
encargados del proyecto fueron Charles Mewes de París, y Luis de Landecho de
Madrid.
Acontecimientos: A comienzos del año
1936, La ciudad de Madrid era eco de las protestas y revueltas que
desembocarían en la Guerra Civil Española. Madrid fue leal al gobierno de la
Segunda República y desde finales de 1936 Madrid se convirtió en un frente de
batalla. En el transcurso de la defensa de Madrid el Hotel fue empleado como
Hospital de Sangre y algunos de sus empleados colaboraron en sus funciones
hospitalarias.
Arquitectura:
- Se trata de un edificio de seis plantas con fachadas sencillas de estilo afrancesado.
- Las fachadas han sido declaradas monumento nacional.
- El hotel posee un íntimo jardín en su chaflán. La terraza y jardín del establecimiento se encuentra cercada con una valla de hierro y se accede desde varias posiciones, una de ellas es desde el Restaurante Goya.
Decoración: Los cuartos están
decorados de forma individual, con los cuartos de baño acabados en mármol. Las
alfombras y tapices de gran parte de las salas fueron elaboradas en la Real
Fábrica de Tapices. Las salas decoradas con columnas rememoran en algunas
ocasiones la Belle Epoque.
Curiosidades: Por habitaciones, salones y restaurantes del
Ritz han pasado reyes y reinas, presidentes de gobiernos, jeques y
magnates, hasta espías ( destaca Mata Hari inscribiéndose como la condesa
Masslov), también el pintor Salvador Dalí, que en aquella época vive en
la Residencia de Estudiantes, entra en el Ritz con la intención de cortarse
el pelo y tomarse un cocktail. Entre las numerosas personalidades que han
pasado por las suites del legendario hotel sobresale una pareja: Rainiero de
Mónaco y Grace Kelly( que escogieron el Ritz para pasar su luna de miel en
1956).
- Existe la leyenda de un código interno entre los empleados del Hotel a la hora de seleccionar a sus potenciales clientes y sugerirles su estancia en el Palace. A este código se le denomina con las siglas: NTR (No Tipo Ritz). Esta férrea observancia del protocolo se hizo durante la época de Georges Marquet Delina (hijo del fundador) y tras él, lo estricto de su selección se hizo leyenda.
- La regla no escrita de no admitir a artistas (y toreros) como clientes del hotel hizo que en los cincuenta el actor James Stewart fuera rechazado, pero éste enseñó su placa de coronel y dijo que venía en calidad de militar del Ejército Estadounidense, por lo que tuvo que ser admitido.
- Las normas de etiqueta en el vestir se hicieron sentir en los clientes, los hombres no podían entrar sin vestir corbata. Hasta 1975, no se permitió a las señoras en pantalones.
Ubicación: N.º 5 de la Plaza de la Lealtad
(distrito de Retiro), junto al Museo del Prado y frente al Museo
Thyssen-Bornemisza.
Servicios
- Wi-Fi gratuito.
- Aparcamiento gratuito.
- Aire acondicionado,
- Se permiten mascotas.
Grupo Arte y Cultura – soñArte-
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